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viernes, 12 de diciembre de 2014

¡El arte del buen trato y el compromiso en las empresas!

En algunas culturas más que en otras, el carácter y el temple se confunden con rudeza e incluso maltrato, el sarcasmo con inteligencia y superioridad y la jerarquía con omnipotencia.

Del lado contrario, la subordinación se asocia con victimización, el deber con imposición y el cumplimiento con una terrible obligación. la frase popular "trabajar es tan duro que por eso le pagan a uno" ha hecho una carrera inagotable en una sociedad en la que la destrucción y construcción de empleo afecta a más del 20% de la población empleada al año. 


Este fenómeno es más usual de lo que parece, pues en gran parte de las empresas que aún no han alcanzado niveles de evolución y madurez muy significativos, el estilo patronal, de hace más de 50 años, sigue imperando.

Nuestra sociedad ha cambiado, el nivel de tolerancia a un trato  injusto cada vez es más bajo. La dignidad y la exigencia de respeto ha cobrado un mayor valor en las personas. El aprender a vivir sin estabilidad económica, también ha hecho que se asuman posturas, a pesar de los riesgos, así como los beneficios de la asistencia social han generado cierto empoderamiento para hacer valer derechos que anteriormente se obviaban. 

El equilibrio entre la retención del personal y la exhortación de su compromiso por hacer crecer la empresa, solo se obtienen asegurando el cumplimiento de las condiciones pactadas, un trato respetuoso, la definición de posturas estables y perdurables y mucho autocontrol de las emociones y frustraciones personales. De igual forma, una persona se hace valorar en una empresa cuando no mide su desempeño en función de favores, sino que cumple con el deber, dando lo mejor de sí con proactividad, diligencia y confiabilidad, evitando dar traslado de sus situaciones personales al entorno de trabajo cuando no lo amerita.

GUADALUPE SALAZAR
GERENTE
TALENTO EXTREMO

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